BORRACHOS DE TARANCÓN

De nuevo la vuelvo a liar, y ya se me acumulan receticas ricas..... El ya clásico mañana ya la subiré, y nada.... jajaja, y de hoy no pasa. De hecho, tendría que subir dos recetas, porque el fin de semana viene fuerte, ya os lo prometo...

Sólo puedo decir que no he podido quedar más contento con esta receta.
Aunque no me es muy grato Tarancón por motivos personales (el pueblo - ciudad no tiene la culpa) jejeje, no puedo evitar adquirir cuando se puede  borrachos o rosquillos. Cuando le vi la receta a s-o-n-i-a me quedé amaravillado, YO la quería! Y puedo certificar que saben como los comprados. Eso si, sin esos conservantes y cosas raras varias que lleva todo lo que comemos.
Aquí en mi ciudad en algunos comercios tienen los de CHAPELA, pero ni parecidos con los que se compran en las pequeñas panaderías de siempre de allí.

La única discrepancia con Sonia, es con las cantidades (con la del aceite). Ella "utilizó" 250 ml, me parecía mucho y yo rebajé a 200 ml, y aun así tuve que echar bastante harina mas. viendo diversas recetas (con mismas cantidades) leí que había que usar 150 ml... pese a ello, y llegar a conseguir una masa manejable, todo perfecto.

Y ya os puedo asegurar que será la primera de muchas veces, sí o si.
Puedo decir que sale cantidad, por lo que yo he congelado y decir que no difiere en absoluto su sabor. Así siempre tendréis borrachos recientitos!

BORRACHOS DE TARANCÓN

Ingredietes

• 150 ml de aceite (y un poco más para pintar 50 ml - 100 ml)
• 3 huevos
• 25 g de levadura fresca
• 200 ml de leche
• 250 g azúcar (125 gr + 125 gr)
• 525 g de harina de fuerza
• Ralladura de naranja

Preparación
Deshacer la levadura en la leche tibia.
Poner en un recipiente dos de los huevos con la harina, el aceite y la leche con la levadura. Seguidamente la ralladura y la mitad de los 250 g de azúcar. Amasamos bien.
dejamos levar hasta que doble o triplique su volumen en lugar cálido.

Desgasificamos y amasamos.

Encendemos el horno a 180º con calor arriba y abajo.

Cogemos pequeñas bolas y estiramos con el rodillo.
Pincelamos con el aceite y ponemos generosamente azúcar por encima y plegamos los extremos.
Yo no volví a pincelar pro encima con aceite porque la masa de por sí ya estaba muy grasienta, y volví a poner azúcar.
Este paso me lo salté: antes de meter al horno pintar con huevo y poner azúcar encima.

Horneamos a 180º hasta que estén hechas. Dependiendo del horno, unos 12 minutos aproximadamente.

Tal y como los hice, incluso saltándome algún paso y demás, os puedo asegurar que están riquísimos. Saben igual a los comprados allí, muy jugosos. Como salen muchos, y es una pena que se pongan duros en 2 días, congelé. Se sacan con tiempo y estarán como recién hechos.
Si no me creéis ya sabéis: manos a la masa!